Blacky
Una mañana nos contactó la rescatista y acogida de Sena y Lua, comentándonos que su vecino acababa de abandonar a este pantera preciososón.
El vecino decía que no era suyo, que sólo le ponía de comer. El pobre maullaba todo el rato en la puerta para entrar a la casa.
Blacky era demasiado cariñoso, pedía mimos a todas horas, pero llegó un poco estresado y mordía bastante.
Cuando entendió lo que era estar en una casa se tranquilizó completamente y ya sabe lo que es estar a gusto jugando con otros gatos, con juguetes y a estar encima tuya relajado con una mantita.
¿Quieres adoptar a este pantera peludo?